Uno de los conflictos vecinales más comunes tiene relación con las mascotas. Sobre todo en cuanto a los límites del derecho de propiedad del dueño, lo que suele provocar desavenencias vecinales por las molestias causadas, en la mayoría de los casos por ruidos, o por “desahogos” del animal en las zonas comunes. En este artículo analizamos este asunto además de mencionar las herramientas necesarias para atajar el problema si tienes que cumplir con tu papel de Presidente de tu Comunidad de propietarios, teniendo presente la legislación actual.
Nadie puede negar que las mascotas (perros, gatos, etc.) son muy beneficiosas para las personas y familias, pero también pueden ser una fuente de conflictos, sobre todo en comunidades, donde existen problemas de convivencia e incivismo entre los vecinos. Y es que pueden surgir incidencias tanto en las zonas privadas como en las áreas comunes. Los Ayuntamientos suelen tener normativas que regulan la tenencia de animales, y ante la omisión o incumplimiento por parte de los propietarios, la Comunidad puede actuar cuando hay problemas en materia de salubridad, peligrosas o molestas. Incluso existe la posibilidad de privar de la tenencia de animales si se establece previamente en los Estatutos. Si es dueño de una mascota recuerde respetar las normas de convivencia y especialmente:
Si tienes mascotas, debes saber que existen comunidades que pueden prohibir su tenencia en el edificio. Por ello te aconsejamos que antes de mudarte a un edificio preguntes al presidente de la comunidad o a tu administrador de fincas si existe alguna prohibición al respecto. Si existe prohibición estatutaria aprobada en junta de propietarios, cambiarla puede ser difícil.
Los conflictos más habituales con las mascotas son los ruidos por ladridos o llantos, y los pipis o popos sin limpiar. Compartir edificio con un animal que no deja de ladrar es desquiciante. Compartir edificio con un animal que no deja de dejar “señales” por los pasillos es desesperante. Compartir edificio con el propietario de la mascota que causa estos problemas es inaceptable.
En este caso, el ladrido del perro es el caso que más suele darse y causar conflictos. Algo que se puede evitar educando al perro y estableciendo algunas normas con el animal. Teniendo presente que incluso puede ser motivo suficiente para que un vecino te denuncie y te impongan una multa. Todo depende de la responsabilidad del dueño, ya que los animales, lógicamente, no deben ser castigados severamente ya que actúan por puro instinto. Sin embargo si somos amantes de los animales nos puede ayudar la elección de una raza que tenga determinadas características. No hay que olvidar que también existen algunas razas de gatos que también son muy ruidosos y conflictivos. Por tener carácter de adorables, no permita que tu gato ande suelto y a sus anchas por el edificio. [bctt tweet=»‘El ladrido del perro es el caso que más suele darse en las Comunidades de Propietarios'» username=»Afisecan»]
Desafortunadamente debido a las últimas modas respecto a tenencia de animales peligrosos ha hecho que este asunto sea uno de los que más preocupan en comunidades. No es lo mismo tener un gato, un pajarillo o incluso un perro de determinadas dimensiones, a que un vecino tenga como hobby tener serpientes. Todo ello teniendo presente que en las últimas décadas se ha ido incrementado la venta de animales ilegales. Así que no solo aquellos perros que eran considerados como peligrosos. Ahora el problema se ha extendido a dimensiones nunca imaginables. Porque al fin al cabo un perro se pude encerrar y disponer de bozal… ¿Pero qué ocurre si una serpiente de determinadas dimensiones o peligrosa se escapa y aparece en el pasillo o la casa de un vecino?
Las comunidades de vecinos, en su mayoría, son conscientes de la magnitud de esta problemática. Y es que la relación de vecindad siempre debe estar por encima del derecho de propiedad en este asunto que puede incluso un problema de salud para los demás vecinos. Sobre todo se debe instar a que los vecinos tengan presente distintas normas de cordialidad, tolerancia, seguridad y convivencia sin ni siquiera recurrir a la legislación vigente. Porque hay que mencionar que normalmente ninguna comunidad de propietarios tiene al detalle la aprobación todos las normativas y situación que se puedan dar en animales peligrosos. Por ello siempre es mejor apelar al buen sentido común de cada propietario. Y como último apunte, habría que decir que antes de tener y educar a nuestra mascota, los propietarios debemos estar educados previamente para tener una en casa.
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